Porque la combinación de pastillas y alcohol, pastillas y energizantes, energizantes y alcohol, marihuana, cocaína, paco, popper, 007, etc., ponen en riesgo la vida de nuestros hijos. Como padres, no podemos esperar sólo la ayuda del Estado: tenemos que tomar conciencia que somos los primeros responsables. Pero, también sabemos que actualmente no resulta fácil ponerle freno al desenfreno que se viene gestando desde hace ya varios años y que responde a un negocio que hacen otros.
Como padres, y ante esta situación: ¿qué esperamos? ¿una remisión espontánea?
Puede parecer que solos no podemos. Y si solos no podemos, necesitamos buscar apoyo entre otros padres con idénticas inquietudes. Y si hay padres que todavía no han tomado conciencia de la situación, tenemos que ayudarlos a ver qué está pasando y el riesgo de vida que implica para nuestros hijos.
La palabra “red” tiene muchos significados distintos. En este contexto propongo entenderla como un conjunto de personas e instituciones intercomunicadas entre si, con objetivos claros: la concientización, prevención, detección y toma de decisiones respecto a distintos aspectos de un tema que ya se ha instalado entre nosotros y ha cobrado muchas vidas.
Entiendo que la “red” es el dispositivo ideal para cumplir con estos objetivos: ponernos en contacto con otros padres para compartir información, ayudarnos a detectar distintos caminos de acceso a los estupefacientes, detectar casos concretos de consumo y ayudarnos en la toma de decisiones concretas cuando el caso se presenta en nuestros hogares.
En los últimos tiempos hemos visto que varios adolescentes fallecieron como consecuencia de mezclas letales. Esos hechos me movieron a pensar que no podemos perder una sola vida más, y, para eso, la alternativa es involucrarnos, informarnos, participar y comprometernos.
Una red también es un espacio donde encontrarnos (aunque sea virtualmente), donde buscar protección y contención, donde sugerir nuevas propuestas. Cada persona diferente que se acerca con propuestas aporta un mundo nuevo de ideas y relaciones y nos enriquece. Nuestros hijos lo merecen.
La palabra “red” tiene muchos significados distintos. En este contexto propongo entenderla como un conjunto de personas e instituciones intercomunicadas entre si, con objetivos claros: la concientización, prevención, detección y toma de decisiones respecto a distintos aspectos de un tema que ya se ha instalado entre nosotros y ha cobrado muchas vidas.
Entiendo que la “red” es el dispositivo ideal para cumplir con estos objetivos: ponernos en contacto con otros padres para compartir información, ayudarnos a detectar distintos caminos de acceso a los estupefacientes, detectar casos concretos de consumo y ayudarnos en la toma de decisiones concretas cuando el caso se presenta en nuestros hogares.
En los últimos tiempos hemos visto que varios adolescentes fallecieron como consecuencia de mezclas letales. Esos hechos me movieron a pensar que no podemos perder una sola vida más, y, para eso, la alternativa es involucrarnos, informarnos, participar y comprometernos.
Una red también es un espacio donde encontrarnos (aunque sea virtualmente), donde buscar protección y contención, donde sugerir nuevas propuestas. Cada persona diferente que se acerca con propuestas aporta un mundo nuevo de ideas y relaciones y nos enriquece. Nuestros hijos lo merecen.