Hace unos días conversábamos con un grupo de padres y se nos ocurrió hacer una lista sobre algunas ideas para tener en cuenta. Quisimos compartirla con otros padres, así que aquí la publicamos:
• Conocer el círculo de amistades de nuestros hijos y los lugares que frecuentan
• Tratar de establecer contacto, al menos telefónicamente o por mail, con los padres de los amigos de nuestros hijos
• Tener los teléfonos de los amigos de nuestros hijos y sus padres para poder instrumentar una cadena telefónica en caso de urgencia
• Estar atentos a los cambios que presentan nuestros hijos, ya sea en sus costumbres alimentarias, vestimenta, horarios, etc.
• En caso de bailes y salidas, verificar cómo será el regreso a nuestro hogar y, en lo posible, ir a buscarlos o esperarlos despiertos para poder evaluar el estado de lucidez que presentan al regresar
• En caso de que pernocten fuera de nuestro hogar, contactarnos con la familia que los alojará y confirmar los horarios e intercambiar teléfonos
• Tener claro qué límites pondremos a sus actividades. Conversar con ellos y, sobre todo, ser los primeros en respetar las normas que establecemos.
• Recordar que la transmisión de límites comienza en la temprana infancia.
• En la transgresión está el placer; tener en cuenta que debemos dejar un espacio que posibilite también una cuota de transgresión, lo que evitará futuros descontroles en la adolescencia.
• Firmeza y cariño pueden ir de la mano. La flexibilidad debemos ejercitarla en la etapa previa a transmitir una decisión.
• No minimizar la problemática actual que rodea a jóvenes y adolescentes: a nuestros hijos TAMBIEN les puede pasar.
• El compromiso con nuestros hijos no se agota con su crecimiento; generar redes de padres, conocer el entorno, facilitar el contacto con otros padres y ocuparnos también es brindarles amor, atención y libertad